Tus ojos me dicen que si.
Tus manos me dicen que si.
¡Tus nervios me lo dicen!
Tu respiración. Esa tensión que siento cuando estoy a tu lado.
Tus gestos. Tus dedos en la pierna, en constante movimiento.
Invitando a los míos a darles calma. A decirles: SI.
Tu sonrisa.
Simplemente tus ojos me dicen que si.
Y los míos, los míos aceptan la invitación.
Frag.