Friday, August 11, 2006

Una pregunta, para mi, sin respuesta.

Leyendo una revista, vino a mi mente la siguiente pregunta: ¿Cuál es mi película favorita? ¿En realidad se podrá contestar a esta pregunta? A veces me cuesta trabajo hacerlo, porque para mi, el gusto por las películas de mis repisas varía, ya sea porque me identifique con ellas por algún acontecimiento de mi vida (Solas, High Fidelity, Lost in Translation, Los Amantes del Círculo Polar, Magnolia, 21 Gramos), creencias ( Corre Lola Corre, Wit, Waking Life, Donnie Darko) o gustos personales (Hill Bill, Los Goonies, Alicia en el País de las Maravillas, Las de Burton, las de Lynch). Para contestar, la persona debe de viajar a lo mas hondo de su memoria, aquel universo que en ese momento pareciera infinito, y hacer una selección y recuento detallado, que va desde las películas de Disney hasta la que vio ayer por ejemplo. Cuando esta pregunta se le hace a alguien, las respuestas son muy variadas. Muchas veces la mejor opción es hacer como que piensan (por aquello de la flojera de viajar a lo más recóndito de la memoria) escogiendo la típica película que para todos es buena elección: El Padrino. Otros se van por la vía comercial, dando el nombre de alguna película reciente que haya tenido éxito en taquilla como: The Lord of the Rings o Star Wars, o la película ganadora del Oscar como El Pianista. Algunos otros se van por el camino de los clásicos, las películas que han hecho del cine lo que es y que dejan huella en la memoria de muchos gustosos del séptimo arte como: Ciudadano Kane, Apocalypse Now, Rainman, Cinema Paradiso, La Vida Es Bella, Atrapado Sin Salida, Perfume de Mujer. Sin duda, la respuesta que mas risa me da es la de aquellos que intentan poner su cara de cinéfilos y eruditos del cine, dando como respuesta películas de culto, de esas poco conocidas, raras y de arte como las de Tarantino: Kill Bill, Pulp Fiction, Perros de Reserva, El libro de Cabecera de Greenaway, Metropolis de Lang, Fargo de los Coen, Solaris de Tarkovsky, Eraserhead, o para no verse tan presumid,o Mulholland Drive de David Lynch (por ser ésta las mas conocida de el), y hasta alguna de la trilogía Qatsi como Koyaanisqatsi. Además de saber qué películas me gustan, también se cuales son las que de plano no me agradan, como las gore, las de balazos, de coches y choques como Rápido y Furioso, las de puñetazos estilo Stallone o las de guerra tipo Salvando al soldado Ryan.
El gusto por el séptimo arte varía en cada uno de nosotros, incluso una misma película puede adquirir cierto significado en alguna etapa de nuestras vidas, y tiempo después podemos hasta odiarla, o incluso apreciarla mas, ya que siempre estamos en constante cambio. Bien lo dice Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mi circunstancia” y si ésta cambia, cambian nuestros gustos o necesidades también. Borges lo explica muy bien para la literatura: “Un libro tiene tantas interpretaciones como lectores” y se corrige diciendo: “mas bien, como lecturas, porque no somos siempre los mismos”.
Por otro lado, siempre existen las películas que marcan un significado mucho más duradero, e incluso se vuelven íconos de nosotros, y las podemos ver una y otra vez sin cansarnos, y lo más emocionante es que, en vez de odiarlas, les encuentras más cosas significativas, dándole un valor diferente cada momento. Esas películas son las que ocupan un lugar en mis repisas y en mi lista de espera (¡Comprar DVDs sale caro!)
Sin duda, el cine es una forma de aprender, de experimentar, de sentir, de purificarnos experimentando el lugar del actor. Nos hace entender la realidad desde otra perspectiva, nos hace vivir aventuras ficticias, nos hace vivir lo irreal, lo fantástico, nos hace adentrarnos en los sueños de otros, en lo inconsciente, nos hace reir o llorar cuando estamos deprimidos o tristes (una forma de terapia para mi gusto) nos hace compañía en los días lluviosos, nos hace disfrutar de la música de otra manera. ¡El cine es el mejor de los compañeros!
fgmta.

1 comment:

Chinaski P. said...
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